La crisis ya llega al crédito: los bancos endurecen sus condiciones y las familias piden menos préstamos
La nueva crisis económica en ciernes, que estará presidida por la intensa desaceleración del crecimiento y la persistencia de la inflación en niveles elevados ya se ha empezado a trasladar al mercado crediticio. Las condiciones de financiación exigidas por los bancos se han endurecido conforme el Banco Central Europeo ha comenzado a subir los tipos de interés, y la demanda de las empresas y de los consumidores se está contrayendo como consecuencia del aumento de los precios y el peso de los nuevos costes en las carteras pendientes de pago.
Los resultados de la última encuesta sobre préstamos de las entidades financieras publicada esta mañana por el Banco de España revelan que en el cuarto trimestre de 2022, tanto en nuestro país como en la Unión Económica y Monetaria (UEM), los criterios de concesión de préstamos y las condiciones generales aplicadas a los nuevos créditos se habrían vuelto a agravar de forma generalizada, lo que sucedió por tercer trimestre consecutivo. La evolución contractiva de la oferta de crédito responde de esta manera al aumento de los riesgos percibidos por las entidades bancarias, vinculado fundamentalmente con el deterioro de las perspectivas macroeconómicas, así como, en menor medida, al incremento de sus costes de financiación, como consecuencia del proceso de normalización de la política monetaria.
En lo que respecta al presente ejercicio, las entidades esperan que se produzca de nuevo una contracción generalizada de la oferta y de la demanda de crédito, en un contexto de máxima incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial y las perspectivas anunciadas por los bancos centrales, sobre todo por la Reserva Federal de Estados Unidos -que se reúne este miércoles- y por el Banco Central Europeo -cuyo consejo de gobierno está previsto para el jueves- de continuar subiendo los tipos de interés. Las causas de este comportamiento son por una parte el aumento previsto de los costes de financiación y, en el caso de las familias, por la menor confianza de los hogares, debida a la evolución alcista de los precios y la merma que se ha producido de la tasa de ahorro en los últimos meses en un intento de mantener la demanda aprovechando los recursos ociosos acumulados durante la pandemia.
El mayor rigor en las condiciones aplicadas a los préstamos se habría manifestado fundamentalmente a través de un aumento de su coste, que habría provocado asimismo un cierto incremento de los márgenes en todos los segmentos de crédito. Por su parte, la demanda de préstamos descendió de forma generalizada tanto entre las empresas como en las familias. Por otra parte, la evolución de la ratio de morosidad habría propiciado un cierto endurecimiento de la oferta en España, mientras que en la UEM el impacto habría sido mucho más reducido. Y por último, dentro de la financiación concedida a las empresas, la información por sectores evidencia que, durante el segundo semestre de 2022, tanto los criterios de concesión como las condiciones aplicadas a los nuevos préstamos se habrían agravado en prácticamente todas las ramas de actividad. Por su parte, la demanda de préstamos se redujo en la mayoría de los sectores, tanto en España como en la zona euro, y para el primer semestre de 2023 se anticipan una nueva contracción generalizada de la oferta y descensos de la demanda en la mayoría de las ramas de actividad.
De acuerdo con la percepción de las entidades financieras, la demanda de fondos para adquisición de vivienda habría vuelto a descender en el último trimestre del año, aunque más moderadamente de lo que se preveía en la encuesta anterior. Esta evolución sería consecuencia, principalmente, del impacto negativo asociado al aumento de los tipos de interés, con su evidente repercusión en el montante de las cuotas hipotecarias que hay que satisfacer, y, en menor medida, del descenso de la confianza de los consumidores. Para el primer trimestre de 2023, las entidades financieras anticipan que la oferta seguirá endureciéndose, aunque de forma moderada, mientras que la demanda volverá a descender a un ritmo similar al observado entre octubre y diciembre.
El Banco Central Europeo está convencido de que las subidas de tipos de interés en marcha, que no es probable que cesen hasta mediados de este año, castigarán el crecimiento económico de la zona euro, y también de países como España, donde el Gobierno alberga un optimismo sobre la evolución de la economía poco coherente con las amenazas que afronta.